jueves, 25 de noviembre de 2010

Levanta vuelo la Mariposa en el agua

Levanta vuelo la Mariposa en el agua… no el vuelo que quisiera realmente, pero sí el que ha estado ocupando mi cabeza y mi corazón durante las últimas semanas. El desafío inicial fue el nombre. El primero que escogí se me hacía bien largo, pero también bien propio y tenía que ver con la poesía del tarijeño Octavio Campero Echazú, Porque van diez años que dejé de mi tierra. ¿Quién iba a decírmelo? Contaba yo con escasos 12 años cuando declamé con sentimiento aquellos versos; vestida de blanco y nervios escénicos en mi Oruro natal.

No recuerdo exactamente qué hice el 21 de octubre de este año –¡horror!, la agenda de ese jueves está en blanco–; pero sé perfectamente dónde y qué estaba haciendo el 21 de octubre hace nueve años: cerrando las maletas en mi dormitorio y abriendo las alas acurrucadas en mi espalda, emprendiendo un vuelo que todavía no se acaba y cumpliendo un sueño que tenía tiempo macerando. Han transcurrido nueve largos años desde entonces, fuente inagotable de recuerdos, de vivencias y de historias que tanto me han hecho reír como llorar, que me han enseñado a crecer, a ganar y a perder, a luchar. Se ha hecho bien “contable” esta casi década de aleteos, así que de eso se trata, de echar a volar la memoria y de compartirla con quien desee acompañarme.  

Aunque el aleteo primero de esta Mariposa no se inició el mismo 21 de octubre de 2010, la vida es tan generosa y las casualidades tan cómplices, que quiero agradecer a mi abuelo, Humberto "Cóndor" Villegas, por haber nacido en un día como hoy hace ya 103 años, segura de que su imponente vuelo acompañará el aleteo incansable de esta mariposa-nieta a la que nunca pudo conocer.

Vuelvo al título para agradecerle también a mi amiga, Antonieta Medeiros, por la maravillosa ilustración con la que mi bitácora se viste y gracias a la cual he podido bautizarla dignamente. Gracias, Anto, por inspirarme primero para las Mariposas en el agua que Mi voz, mi palabra ha sabido cobijar.

Y vuelvo a mi vida, a las profundas raíces que mi progenitora supo cultivar y de las cuales florecieron dos coloridas alas que siempre me permitieron volar. ¡Gracias mamá!
 
¡Bienvenidos/as y gracias por estar!
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...